El gato por naturaleza es dominante y territorial, en estado salvaje, sobre todo los machos suelen tener fuertes riñas con otros ejemplares, muchas veces con resultados fatales.
La mayoría de los hogares donde hay gatos son completamente domesticados, dóciles, cariñosos, juguetones incluso conviviendo con perros sin problema. Pero ¿Qué pasa cuando llega un nuevo gato a integrarse a la familia? Nuestro lindo, adorable y juguetón amigo se transforma. Ahora está enfadado, gruñe, orina fuera del cajón de arena, incluso nos llega a agredir si no tomamos las medidas adecuadas y realizamos el proceso de adaptación adecuadamente.
La importancia de la esterilización
La esterilización, además de las múltiples ventajas que ya conocemos como eliminar por completo la reproducción, eliminación del celo y con esto los molestos maullidos nocturnos que
enfadan a más de un vecino, disminución de probabilidades de enfermedades, etcétera, nos ayudará a que el proceso de adaptación sea mucho más fácil, pues tendremos un gato
menos territorial y más hogareño.
El proceso de adaptación se basa en la paciencia, jamás vamos a presentarlos cara a cara de primer momento, con eso sólo los haremos pelear y no se van a aceptar. Vamos a
referirnos al gato que ya es de nuestra familia como Ares y al nuevo gato como Fachoso. Lo mejor es apartar a Fachoso en una habitación donde cuente con caja de arena, platos, cama y juguetes; Ares va a comenzar a husmear por debajo de la puerta y así comenzarán a conocerse por olfato, sin verse.
El aislamiento
El aislamiento también es importante para verificar que Fachoso esté sano antes de que conviva directamente con Ares. Si Fachoso es callejero, seguro tendrá pulgas y parásitos. De inmediato hay que llevarlo al veterinario para que le dé el tratamiento adecuado para ambos problemas. Jamás debemos medicar bajo nuestro criterio a ningún animal, ni siquiera con remedios caseros, ya que muchas plantas y productos son tóxicos para los felinos. También podemos darle un baño caliente o con espuma si Fachoso no tolera el agua.
En pocos días podremos dejar la puerta abierta y que ambos se aventuren a conocerse, siempre bajo vigilancia. Durante el proceso no debemos restar atención a Ares, al contrario acariciarlo más, jugar con él, alimentarlo primero, etcétera, para que no sienta que está siendo desplazado por Fachoso.
El primer encuentro
Cuando se encuentren van a olfatearse mutuamente con curiosidad, tal vez se gruñan o levanten la pata sobre la cabeza del otro como amenaza, pero sin pelea. Debemos siempre vigilar
de lejos este encuentro y no intervenir. Fachoso va a comenzar a explorar toda la casa y Ares todo el tiempo tras él, vigilándolo insistentemente y muy de cerca.
Este es un punto crítico para demostrarle más apego y cariño a Ares reforzando su seguridad, para que no sienta amenazado su lugar por Fachoso. Los primero días podemos poner un par de platos extra para que Ares no sienta invadido su espacio, la caja de arena sí la pueden compartir. Después de un par de días nuestro gato ya no va a ser tan insistente en seguir a Fachoso, ha perdido interés porque sigue siendo consentido y mimado por ti.
Vamos a jugar
Para que comiencen a interactuar entre ellos vamos a jugar con un cordón, lo sujetamos de un extremo mientras arrastramos el otro por el piso y que Ares lo siga, lo vamos a dirigir a Fachoso que también intentará “cazar” el cordón. Así, sin darse cuenta, ya estarán jugando juntos.
No te sorprenda al paso de poco tiempo verlos jugando e incluso durmiendo juntos. Siempre hay que premiar un buen comportamiento durante el proceso de adaptación con lo que a
Ares le gusta como alimento enlatado para gato, atún, caricias, dependiendo de cómo lo premies.
Es importante repetir este proceso con cada gato que llegue a casa, con ello lograremos una convivencia armoniosa entre ellos. Si son varios, debemos contar con un espacio adecuado, varios platos siempre con alimento, ya que no todos comen al mismo tiempo.
Siempre proveer agua fresca y un lugar de esparcimiento con muchos juguetes, rascadores y cama para cada uno. Con esto se garantiza que todos los gatos se lleven bien. No debes tener más gatos de los que puedes cuidar y alimentar, recuerda que además requieren mucho amor, cepillado, atención médica, vacunas, tiempo de juego, etcétera.
Problemas de riñas
A pesar de esto puede haber riñas entre ellos, si este fuera el caso no debemos intervenir tratando se separarlos con las manos porque podemos salir lastimados, un gato enojado no
mide dónde ni a quien ataca, basta con un fuerte y firme no y hablarles por su nombre, en caso de que esto no logre separarlos, rocíalos con un atomizador y se van a espantar y soltar.
Entonces hay que volver a aislar a Fachoso un tiempo más, si se pelean aún no están listos para conocerse.
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